La flota de invasión al mando del Almirante Sir Bertram Ramsay estaba compuesta por 6.939 buques, 1.213 barcos de guerra, 4.126 barcos de transporte entre lanchas y barcos de desembarco, 736 barcos de desembarco y 864 barcos mercantes. Toda esta gigantesca flota fue dividida en dos grupos: el Grupo Oeste al mando del Contraalmirante Alan G. Kirk y el Grupo Este al mando de Contraalmirante Sir Philip Vian). A las 3 de la mañana, aproximadamente 2.000 bombarderos aliados de diversos tipos comenzaron un bombardeo previo de dos horas de las defensas alemanas en las zonas del desembarco anfibio que se avecinaba. A las 5 de la mañana, las fuerzas navales desplazadas abrieron fuego contra las mismas posiciones durante 40 minutos. A continuación y mientras las lanchas de desembarco ya se acercaban, hubo un nuevo bombardeo aéreo de 30 minutos.
El desembarco se dividió en dos zonas: la zona americana (playas Utah y Omaha) y la zona anglo-canadiense (playas Gold, Juno y Sword). Las tropas de desembarco fueron específicamente preparadas para la operación. En total eran 8 regimientos: tres norteamericanos, tres británicos y dos canadienses. La decisión de atacar con tiempo inestable en la zona del Canal de La Mancha provocó serios problemas a las lanchas de desembarc, ya que las mareas eran más altas y ocultaban los obstáculos submarinos y el fuerte oleaje dificultaba las maniobras. En torno a las 6:30 h. de la mañana, comenzaron a desembarcar las primeras oleadas de las tropas norteamericanas. Los anglo-canadienses lo harían a partir de las 7:30h. La razón es que los norteamericanos desembarcaron una hora antes para aprovechar la marea baja y evitar los posibles obstáculos sumergidos preparados por el ejército alemán.
Los distintos batallones estaban repartidos en diversas lanchas que se acercaban en formación a sus objetivos. Cada unidad había estudiado a fondo la zona en la que desembarcarían. No obstante, el estado de la mar, la respuesta artillera de los defensores y la descoordinación de algunos mandos provocó que muchas lanchas desembarcaran en lugares equivocados, con el consecuente caos. (Foto: US National Archives)
En esta fotografía podemos apreciar como los soldados se amontonaban dentro de las lanchas de desembarco, mientras los jefes de pelotón vigilaban el acercamiento a la costa. La mayoría de los soldados permanecía expectante mientras la lancha recorría la distancia que los separaba de las playas. El viaje se podía calificar de infernal. Los mareos y el miedo a una muerte segura, hacían del viaje una experiencia que los que sobrevieron no olvidarían nunca. (Foto: US National Archives)
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