La preparación(1ªparte)

En 1941 Hitler ya temía un desembarco aliado en la costa francesa, desembarco que produciría un nuevo frente y colocaría a Alemania en posición defensiva. Para evitar ese posible desembarco, ordenó fortalecer toda la costa atlántica desde el País Vasco francés hasta el norte de Noruega pero se hizo especial hincapié en la del Canal de La Mancha. Desde mayo de 1943, la Comandancia Suprema de la Jefatura de Estado Mayor aliada (COSSAC) había tratado de resolver el cuándo, el cómo y el dónde de la futura invasión de Europa. El camino más corto a la costa francesa desde Inglaterra era el Paso de Calais; sin embargo, por esa misma razón, el ejército alemán había concentrado en esa zona a diecisiete divisiones y era el punto mejor fortificado de la costa francesa, por lo tanto, el punto más lógico se convertía en el más peligroso.

Tanto los aliados como los alemanes sabían que las mejores fechas para llevar a cabo la campaña, fuera cual fuera el lugar del desembarco, debía ser entre finales de junio y principios de julio, en los que el tiempo en el Canal de La Mancha era más benigno. Las experiencias adquiridas por los aliados en los desembarcos en el norte de África, Sicilia e Italia habían sido muy aleccionadoras, pero fue el fracaso de Dieppe el que aportó mejores lecciones. Los aliados sabían que para conseguir el éxito en una misión tan arriesgada tendrían que sacrificar muchas tropas en el desembarco y, una vez en tierra, iniciar un rápido avance hacia el interior para evitar que el ejército alemán pudiera organizar una fuerte contraofensiva.

La costa de Normandía fue la elegida por varias razones; principalmente, era un punto lo suficientemente cercano a la costa británica para evitar a las tropas un traslado demasiado largo, el frente era mucho más extenso (80km de costa con un 95% de playas) y, sobre todo, estaba peor defendido que Calais, lugar donde los alemanes pensaban que sobrevendría el principal ataque de la invasión. Para los aliados, las defensas alemanas en la costa normanda eran fáciles de atacar desde los barcos en la costa, ya que la visibilidad era muy amplia, al no haber grandes accidentes geográficos en la zona.

Los desembarcos aliados tendrían que enfrentarse a una gran resistencia fuertemente posicionada sobre el terreno. Para evitar que el futuro desembarco se convirtiera en un fracaso sangriento, los aliados contaban con el dominio absoluto del mar. La supremacía británica y norteamericana era tal que, salvo el ataque de unas lanchas torpederas y de mini submarinos, la flota alemana no intervendría en el desembarco. La fuerza aérea alemana, Luftwafe, también era muy inferior en 1944 a la aliada. Los bombardeos estratégicos sobre territorio alemán habían arrasado las principales ciudades alemanas y el dominio estratégico aéreo en la costa era completamente aliado. A pesar de estas ventajas, el ejército alemán contaba en Francia con 61 divisiones, de las cuales 11 eran acorazadas. La diferencia entre el éxito y el fracaso dependería de conseguir que el ejército alemán no tuviera tiempo de concentrarse para repeler el desembarco.

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